Cuanto mas intenta evitar tropezar de nuevo, mas veces aparece la piedra. Aquello que alguna vez estuvo desértico, llovió como nunca, y en ellos se ahogaron todo lo que nunca estuvo ni sera.
Ya eran las 5 a.m. cuando me di cuenta que entre cada uno de mis días había algo en lo que no me había percatado, era su pelo. Volvía, una y otra vez, despacio me detenía a mirar. Se que esta vez, ya me sabes igual, y solo por eso juego con la razón para olvidar. Y cuando mas lo pensaba mas me bombardeabas y jugabas con mi ilusión. Decidí marcharme, porque sabia que poco a poco encontraría en ese pelo su sonrisa, en esa sonrisa una caricia, y entre cada caricia un beso, y entre cada beso ya no habrían mas anhelos. Y así fue como te vi llegar y de la nada robaste mi noción. Nunca supe de tu sonrisa, y entre tu pelo me perdía. Y no fue cuando me miraste que comprendí, que así de fácil como se fue así de sencillo puede llegar algo nuevo.
No se si buscaba pasión o amor, pues perdido estaba. Caían las horas, y la irrealidad que nos sostenían entre mis suenos me envolvían. Y mientras me escurría entre tus besos prohibidos, ya no comprendía. Solo eso buscaba alimentar mi alma con las ansias de tu piel, y que entre cada una de tus caricias me cuidaras, y que por cada una de tus caricias se vayan las pesadillas, y aquella ilusión perdida. Intento entenderte, pues ya historias había creado junto a cada uno de tus frágiles movimientos que me la pasaba sosteniendo. Encendía y apagaba el tiempo, pero entre su oscuridad te perdía. Y cuando te encontraba, tu efecto me guiaba entre tus besos. No se si te has preguntado que quiero de ti que me hace olvidar. Solo interrumpía el espacio en el que me tenían atrapado. Solo un camuflaje para mi propio olvido. Narrando nuestra historia entre cada cierre de mis ojos. Siendo la aurora de mi oscuridad. Mi paisaje abstracto que se lleva esta tempestad.