[Cap. II]
Y mientras veía al espejo dijo...
Y así lo decidí, si, decidí
coger un turno. Realmente no sabía que más hacer, pensé que, aferrándome a ello
sería mi cura. No sé cómo llegue a aquel camino.
Todos tenían la misma expresión
que yo, no era el único que estaba más que perdido. La fila parecía cada vez más
larga, más larga era la espera, más largo se volvía el tiempo, y el reloj dando
la vuelta y paraba en cero. Nuestro lugar de reposo no se veía ya. Eran más de
las 12:00pm el sol quemaba encima de cada uno de nosotros. Habían quienes salían
de la fila desesperados, recorrían el lugar en busca de alguna explicación,
pero volvían decepcionados sin encontrar respuesta alguna.
-Si se siguen saliendo de la
fila sin la pregunta indicada, como han hallar la respuesta.- Me dijo alguien
que estaba detrás de mí. Se notaba algo más seguro que todos los demás, tal vez
porque sabía que si hay una pregunta, tal vez porque si la sepa.
-¿No se trata de romper las
manecillas del reloj todo esto?.- le pregunte esperando alguna respuesta, pero
me miro y soltó una ligera carcajada, como quien sabe más de lo que debería.
-Si sabe cómo parece saber, ¿Qué
hace aquí usted? - Volví a preguntarle en busca de siquiera escuchar su voz.
-Mira niño- contesto- solo
deshazte de todo aquel peso, de todas esas pertenencias, porque mientras pasas
tu tiempo vistiendo de seda, no sé, tal vez sea alguien de aquí quien este
observando el momento, sin que nadie pueda verlo, olerlo ni imaginarse.
Lo mire en busca de explicación,
y por un rato lo pensé, pero era absurdo, pensé estar en su palacio. Lo mire a
los ojos, pero en ellos llevaba la misma mascara que todos traían puesta desde
el momento en que hicieron la fila. ¿Tendré lo mismo en mis ojos? Ojos de un ángel
caído.
-Jugar a la carta más alta y
tentarlo, desprendiéndome de todo aquello antes de que haga su siguiente
movimiento.
-El placer es jugar, no importa
lo que digas, no comparto tu codicia, solo tengo que sacar mi siguiente
movimiento...
-Pero si quisiera el retorno de
vuelta a mi primera jugada, no estaría mal llegar de vuelta al abismo, todo
mejor que esta gran utopía... mejor que seguir mirando sus ojos.
-Dobla o retírate, doble
apuesta o dividida, piensa, sino quedaras con aquellas cenizas.
-"Como el cristal lo que
se supone que debemos ver, y cristales tenues los paradigmas"
-Y aunque te encuentres aquí
sabes jugar.-dijo- Al enfrentarte a aquello que no tenemos ni idea, elegimos lo
caótico, cruel y vacío, sin expectativas... y lejos de lo que llamamos realidad.
Esa mirada aísla es la que aquí buscan, justo cuando estas a punto de irte.
-Las aves cantan luego de una tormenta,
y es por eso que miraras atrás ves la única pequeña ventana que tienen nuestras
habitaciones- continuo diciendo- así me miraras justo a los ojos mientras te
busco. ¿Y qué más da? si solo es otro abismo sin retorno atrás, no hay vuelta a
la "realidad".
Y en ese momento, miraste a tu alrededor
y luego lo miraste… ¿o tal vez me miraste?