lunes, 24 de junio de 2013

Utopía fantasma [Cap. II]

[Cap. II]

Y mientras veía al espejo dijo...

Y así lo decidí, si, decidí coger un turno. Realmente no sabía que más hacer, pensé que, aferrándome a ello sería mi cura. No sé cómo llegue a aquel camino.

Todos tenían la misma expresión que yo, no era el único que estaba más que perdido. La fila parecía cada vez más larga, más larga era la espera, más largo se volvía el tiempo, y el reloj dando la vuelta y paraba en cero. Nuestro lugar de reposo no se veía ya. Eran más de las 12:00pm el sol quemaba encima de cada uno de nosotros. Habían quienes salían de la fila desesperados, recorrían el lugar en busca de alguna explicación, pero volvían decepcionados sin encontrar respuesta alguna.

-Si se siguen saliendo de la fila sin la pregunta indicada, como han hallar la respuesta.- Me dijo alguien que estaba detrás de mí. Se notaba algo más seguro que todos los demás, tal vez porque sabía que si hay una pregunta, tal vez porque si la sepa.

-¿No se trata de romper las manecillas del reloj todo esto?.- le pregunte esperando alguna respuesta, pero me miro y soltó una ligera carcajada, como quien sabe más de lo que debería.

-Si sabe cómo parece saber, ¿Qué hace aquí usted? - Volví a preguntarle en busca de siquiera escuchar su voz.

-Mira niño- contesto- solo deshazte de todo aquel peso, de todas esas pertenencias, porque mientras pasas tu tiempo vistiendo de seda, no sé, tal vez sea alguien de aquí quien este observando el momento, sin que nadie pueda verlo, olerlo ni imaginarse.

Lo mire en busca de explicación, y por un rato lo pensé, pero era absurdo, pensé estar en su palacio. Lo mire a los ojos, pero en ellos llevaba la misma mascara que todos traían puesta desde el momento en que hicieron la fila. ¿Tendré lo mismo en mis ojos? Ojos de un ángel caído.

-Si te gusta jugar, ¿no es para eso que estamos aquí?

-Jugar a la carta más alta y tentarlo, desprendiéndome de todo aquello antes de que haga su siguiente movimiento.

-El placer es jugar, no importa lo que digas, no comparto tu codicia, solo tengo que sacar mi siguiente movimiento...

-Pero si quisiera el retorno de vuelta a mi primera jugada, no estaría mal llegar de vuelta al abismo, todo mejor que esta gran utopía... mejor que seguir mirando sus ojos.

-Dobla o retírate, doble apuesta o dividida, piensa, sino quedaras con aquellas cenizas.

-"Como el cristal lo que se supone que debemos ver, y cristales tenues los paradigmas"

-Y aunque te encuentres aquí sabes jugar.-dijo- Al enfrentarte a aquello que no tenemos ni idea, elegimos lo caótico, cruel y vacío, sin expectativas... y lejos de lo que llamamos realidad. Esa mirada aísla es la que aquí buscan, justo cuando estas a punto de irte.

-Las aves cantan luego de una tormenta, y es por eso que miraras atrás ves la única pequeña ventana que tienen nuestras habitaciones- continuo diciendo- así me miraras justo a los ojos mientras te busco. ¿Y qué más da? si solo es otro abismo sin retorno atrás, no hay vuelta a la "realidad".
Y en ese momento, miraste a tu alrededor y luego lo miraste… ¿o tal vez me miraste?





jueves, 28 de marzo de 2013

Utopía fantasma [Cap. I]

[Cap. I]


Sin darte cuenta te encontrabas en un corredor, donde sólo se escuchaban aquellas voces, no sabias si habías llegado a aquello que llamaban infierno... o si era aquel cielo en donde todos querían pasar el resto de sus días.  Sabias, y tenias que, desprenderte de todo aquello que pensaste precioso, todo aquello que pensaste que tendría algún valor. Sabias que él podría llegar en cualquier momento, pero te dijiste a ti mismo que era tiempo de relajarse. Pero estabas estancado entre todos tus días  entre la verdad y aquella mentira. 

Después de largas horas de caminatas sin destinos en aquel corredor, alguien a lo lejos había encendido una luz. No se distinguía bien, y decidiste llegar hasta allá para ver si al menos podrías salir. Las horas seguian pasando y aquel corredor se iba extendiendo, no sabias si llegarías a ella. Pero aun así  llegaste. Estaban todos con una alegría algo sombría, y seguías preguntándote a ti mismo en donde demonios te encontrabas. Iban de un lado para el otro, saludándose, sonriendo, algunos bailando... otros cantando. Pero cada gesto se notaba falso. 

Al entrar, te ofrecieron champan, pero preferiste un trago de aquel vino.-"Que agradable sorpresa tenerte de nuevo aquí.- te dijeron. Te pareció haber escuchado a algunos decir: "Un lugar encantador, donde cualquiera quisiera pasar"- Hablaban de mágicas travesías. Escuchaste aquellas campanas, y en ese momento fue cuando llegaron unos vestidos de blanco, estaban mas que limpios, te llevaron consigo, mientras caminaban hacia allá, observaste detenidamente, habían espejos donde quier, que mostraban a aquellos que alguna vez decidieron tomar los mismos pasos que tú, estaban escuchando un charla, al parecer bastante larga. Algunos sentados viendo un extraño vídeo, otros sólo estaban parados, en una habitación sin siquiera ventanas y las paredes estaban pintadas de blanco. Habían quienes tocaban una melodía dictada por aquellos vestidos de blanco.



Cuando llegaste donde el capitán, le preguntaste si podrías ir de vuelta al corredor, -"Todos somos prisioneros de nuestro propio destino, sólo que algunos no quieren ser esos prisionero y vuelven a mí, y otros son obligados a venir aquí"- te respondió, mientras se vanagloriaba en aquel espejo enmarcado en diamantes.
-¿Qué hay de lo que dejé allá afuera?-Dijiste
-Simplemente siéntate  disfruta el ambiente, toma más vino, pues de aquí no salen muchos, puedes registrarte en cualquier momento"- Te respondió -Estamos programados para seguir recibiendo personas, quienes no podrán volver a salir"-. Ese fue el momento en que supiste donde habías estado. Y hay fue cuando te diste cuenta que siempre estuviste afuera. Volviste al lugar de siempre, donde estaban aquellos quienes estaban mas que perdidos. Y te preguntaste como habías llegado de vuelta allá.  


Un escritor.- 

sábado, 23 de marzo de 2013

Cartas a un despecho [Cap.III]

Prefacio
[Cap.III] 




Hoy la conociste, pensaste haberlo olvidado, pero ahí siempre estuvo, tenias la mirada tan perdida que la encontraste. Detuviste tus pasos que iban directo a  sus piernas, pero te llamaron sus ojos... sus labios. Te miró justo a los labios, te los mordiste. No sabias si debías quedarte mirando y actuar, o simplemente marcharte del lugar. De quedarte, te quedarías  con todos aquellos momentos que querías callar, valían la pena hacérselos escuchar. Pero sabias que sólo te pensaría, eras un simple susurro del viento. Sabias que siempre fue un acto involuntario el pensarlo y el pensarte. Pero sabias que nunca habías sido tan de nadie como cuando ella paso sus labios por los tuyos.


Su sonrisa llamaba a tus besos y tus versos. No supiste que hacer, te pusiste nervioso, y sin darte cuenta, al acercarte, te ibas acelerando. Estaban parados justo en frente, ella traía ese abrigo rojo que tanto querías quitar y ese pantalón gris que tanto querías desabotonar. Te miró, sonrió, se acercó y te susurró despacio:-'Dame uno de esos besos que saben a "no me dejes nunca"'- Tú, sin contenerte sonreíste y dijiste: -"¿Realmente quieres más?"- Una sonrisa leve apareció en su rostro, y te dijo:-" ¿Sabes? a besos entiendo, a veces simplemente no te entiendo"- "¿O sera que a veces no te entiendes?- Le respondiste. 

Sin más pensarlo, tus manos fueron llegando a sus piernas, la miraste y te miró. Te tenia de vuelta en sus manos, que se calentaban con tan solo rozar tu piel. Aquella sonrisa, aquellos labios... de jugar a tentar, y tu sin aguantar. Mientras, violento te viste rozando sus labios. Te mordió y ahí fue cuando todo empezó.  Tus manos fueron jugando a conocer su espalda, mientras poco a poco fuiste descubriendo sus piernas. -"No pares..."- Te susurró despacio al oído mientras te los mordía. La llevaste contigo... o más bien, te llevó consigo. No pararon ni un segundo. Con toda la calma sus manos se alargaban, y fueron despacio hacia tu entre pierna. Mientras tú, desesperado, quitaste ese ultimo botón, ahí fue cuando la tensión se rompió .. o los corrompió. Tan sólo eran las 12, no se escuchaban voces, sólo gemidos finos. Y le susurraste al oído-" Ya me tienes en confía de nuevo, ¿me regalas tu sonrisa de nuevo?"- "Ya me hiciste sudar, ¿que más quieres de mí?

El tiempo fue pasando despacio para ambos. Sólo te bastaba con seguir descubriendo las notas que componían sus arpegios, ya estabas más que ciego, mas no paraste, ni lo intentaste. Besaste cada uno de los lunares que hacían lugar en su cuerpo. Sabias que sus labios eran el mejor lugar para estar. Sólo ahí querías seguir estando. Como una manta, una almohada en sus besos, era el descanso de todos tus días intensos, pero ese, ese se fue más allá lo que describe ser "intenso", porque en su cuerpo te rendiste. Volviste, una vez más, quizás, sólo quizás, no la ultima, a delirar en sus besos.

Hasta que una voz a lo lejos la llamaba, y así fue como paso el tiempo, de pronto tan violento. Sabias que la habías conocido de antes, habías visto aquella sonrisa radiante, y aquellos ojos canela. "Será que eres aquella dueña de mis sueños?"- Le preguntaste. Y así bajito te respondió  -"Yo también conozco esos besos de antes" -"Tal vez fue de un tiempo en que mi memoria no quiere alcanzar"-dijiste. "A veces, sólo a veces, te recuerdo"- Te dijo. "Pues el conocerte de antes me hace pensarte"-respondiste. Sonrió con aquella sonrisa que tanto te gustaba morder y te dijo:-"Ya es tiempo de que me marche" y te mordió una vez más antes de marcharse. Tus ojos siguieron cada uno de sus pasos... y cada detalle de su cuerpo, y ahí fue cuando lo recordaste. Era aquella dama perversa en tus sueños. Eran aquellos besos violento, eran aquellas melodías que no se escuchaban más... era aquello que volviste a olvidar. Y tu cigarro volviste a encender.








Un escritor.-



domingo, 3 de marzo de 2013

Cartas a un despecho [Cap.II]

Prefacio
[Cap.II]

Ya era la segunda mañana en que te despertabas aturdido, dos noches seguidas con la misma pesadilla, no sabias si era obsesión, decepción o amor. Ay!¿y a quién le importaba ya? solo buscabas despejar todo eso, sacar, por milésima vez aquella tensión, ¿no? . Y como de costumbre la llamaste, no sabias a cual llamar, pero sabias que precisamente ella era quien mas te despejaba,  tenían un singular parentesco, aunque sabias que ella era la menos indicada, sin pensarlo mucho la llamaste. Le dijiste que se reunieran, que se encontrarían en su carro.  Te vendías como victima inocente. 

Llegaste al 3er piso donde ella se encontraba paqueada, la buscaste desesperado, al final te diste cuenta que estaba justo detrás, pero no era a quien buscabas, te sonrió y tuviste que sonreirle, y en aquel momento surgieron un sin fin de recuerdos que ya pensaste haber borrado, pero que aun seguían ahí. Al irse, notaste que a quien buscabas te esperaba dentro del vehículo  te pusiste nervioso, ante cada uno de esos recuerdos, pero sabias que se irían una vez que entraras a ese mundo de lujuria. 

La viste y le sonreíste como pudiste, ella te pidió un beso y le diste mas que eso. Fuiste soltándole el pelo, y fuiste recorriendo con tus dedos cada pequeña parte de su cuerpo. Luego volvían los recuerdos y su nombre se repetía constantemente en tu cabeza, pero sin más pensarlo seguiste adelante. La tenías para ti, pusiste tu cuerpo encima del de ella, a ella le encantaba, acariciabas suave su cuello hasta llegar a sus senos. Mientras tus dedos bajaban sus botones se iban soltando, dejando libre toda su belleza. Seguiste besándola con desesperación, la mordías una y otra vez. Ella te devolvía sus besos con una mirada suave, pero sabías que su mirada sólo te ofrecía un punte hacia aquello, y aquel puente se desvanecía frágil sobre su propio abismo. Seguiste recorriendo su alma, fuiste despacio bajando, no te detuviste ni un segundo, llegaste al punto, empezaron a sudar, y ella nerviosa te iba quitando la ropa, tú ya no tenias más nada que quitarle. Sin darse cuenta se fueron descontrolando, estaba oscuro he iban perdiendo la noción del tiempo. Siguieron tocándose con desesperación, te perdiste en sus piernas, la habías vuelto perversa,  hasta que su sonrisa apareció, y fuiste bajando la lujuria poco a poco sin que se diera cuenta. 

Después de toda una hora de lujuria y olvido, encendiste tu cigarrillo y te marchaste. Ni siquiera te despediste, ¿qué importaba?, simplemente era una aventura más. Pero aun así no se iban, al menos durarías una semana más sin pesadillas, ¿no? Seguiste con pasos lentos el camino de vuelta abajo, la luz te molestaba, solo querías estar de vuelta en casa.

Te escribo de nuevo a ver si notas lo que estas haciendo, pero creo que ya es en balde. Sólo quiero que sepas que he descubierto este mundo de papel sólo para ti, no sé si al menos así te sientas algo afortunado, y que al menos vuelvas a sonreír de la misma manera que solías hacerlo, te extraño,  no sabes cuanto, solo quiero que dejes esto y vuelvas a ser quien eras. Te escapaste de mis manos, pero aun sigues en mis letras.



Un escritor.-


sábado, 2 de marzo de 2013

Cartas a un despecho [Cap.I]

Prefacio
[Cap.I]

Al parecer no te habías dado cuenta del desastre que habías cometido, se que solo buscabas aquella historia virgen que tanto contabas, y se que aun sigues sosteniendo. Querías ser puro ante cada una de sus caricias, pero sabias que no podías por mas que quisieras. Que sin darte cuenta  todas las noches seguías girando el reloj de vuelta atrás y despertabas atascado en su tiempo. Pero seguías escondiéndote dentro de aquel camuflaje prohibido, inclusive teniendo en cuenta que no era lo correcto, pero también teniendo en cuenta que su sonrisa te perseguía.


Pues bien, ya eran casi casi las 7am, y sabias que debías levantarte y soltar toda aquella tensión. Y sin mucho pensarlo así fue como lo decidiste. Sabias bien, que la tenias en tus manos, podías hacer lo que quisieras cuando quisieras. Fuiste de camino, seguías con dudas pero te acabaste el ultimo cigarro que tenias, y decidiste ir a comprar aquel café. Pensaste que entre cada una de sus caricias te cuidaras, y que por cada una de sus caricias se vayan las pesadillas, y aquella ilusión perdida. Pero aquel día  sentado en aquel pasillo sabias que era una cruel realidad que sostenías bajo unas manos vacías. Y aun así la llevaste contigo, precisamente la menos indicada. Seguiste despacio entre lo prohibido,  inventarías aquella sonrisa. No sabias si debías entenderla o entenderse entre ustedes, ni siquiera te interesaba. Pero aun así la tensión de sus caricias en ti te hacia incompetente, sus besos te ayudaban, y su cuerpo te haría olvidar. No sabias si quería que le arrancases su ropa, pero sin pensarlo lo hiciste.  Aun contra tu voluntad te hacia débil y aun mas frágil. Dejaste que tus manos recorrieran aquel sendero, y fuiste poco a poco quitando cada una de sus prendas, suave, para que nadie se diera cuenta. 

Después de que todo había terminado la dejaste como si nada, ya te habías vuelto un experto en esto. Pero pudiste evitarlo, y como de costumbre, miraste al celular, por si aquella llamada o mensaje aparecía, y al no ver nada, seguiste tu camino.


















Seguí escribiéndote, para sanar tus heridas, seguí buscándote para controlar tus pasos. Pero aun así  no logre siquiera controlar tu pequeña historia ...

Después de ya pasado mas de un mes asimilaste que no volvería.  Ya te habías olvidado de como sabían sus labios y ya perdiste aquel recuerdo de su aroma. Simplemente seguiste con aquel desastre ya ensamblado que tenias, decidiste hundirte entre besos ajenos y bebidas prohibidas, ¿y al final para qué? Lo único que ganaste con eso fue demostrar lo débil que te habías vuelto, lo frágil que te volviste antes las sabanas. Das asco y lastima, pero como sea, sabias que a nadie le importaba, solo querías que a una persona le intereses, que una persona regresase, y que esos besos dejaran de ser tan vacíos.

Un escritor.-

Parar tu reloj en cero

Y aun no te habías dado cuenta que entre cada pisada te ibas sumergiéndose en ese espacio. Seguías despacio entre lo prohibido, el tiempo colapsaba he iba perdiendo la razón. Hablabas de aquello ya perdido y yo perdida. Cada uno de tus acordes se iban mezclando con el viento, y sumando mas letras a tus intuiciones te ibas inmiscuyendo. Ya las miradas cambiaban de color, y entre cada silencio seguías en búsqueda. 

Ya eran casi las 2am cuando la tensión te hacia incompetente y sin darte cuenta te acabaste ese ultimo cigarro. La sobriedad de esa noche te hace preguntarme, pero si no te respondo, te iras? No te mentiré  pero una vez que miras alrededor de la habitación te das cuenta de que no hay nada y tendrás que cantar hasta que ya no puedas cantar mas, tocar esos acordes hasta que ya no puedas tocar mas y tus dedos se queden crudos. Así como lo que mas necesitas te haga parecer como un fantasma, así como lo que mas quisiste se escurre como arena seca entre tus dedos. Y en unas simples horas te diste cuenta que aquel cigarro desperdiciado valía mas que una simple noche. 

Aun me pregunto si me llevara de vuelta, aun no paran las pesadillas y por mas que camine por el pasillo mas largo se va haciendo. Giro el reloj a cero por las noches sin darme cuenta y despierto como si se quedara atascado ahí. Quisiera hablarle a aquellas letras que tanto me escribiste, pero siempre giro la mirada atrás y no me salen los acordes. Solo tu sabes como hacer que el reloj de marcha hacia adelante, bueno, hasta ahora eso pienso. Todo pasa mientras la apuesta de sol me ve dormir. 

lunes, 25 de febrero de 2013

I want you to sing

That's not weird, is just another way to get out from the walls of those memories ... And once you start you can not find the way to stop. Because this boat is sinking, and all it needs is to show him what is like to be out of those walls, teach him wrong from rigth, and if is worth it ... Because heaven's gates won't open up for me with this broken wings and I'm fallin', and all I see is you ... I'm callin' 

But once you look around the room tonight, you realize that there's nothing, and you have to sing until you can't sing anymore. I want you to sing.